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Title
   Bienaventuranzas(2) - Las Bienaventuranzas 2    
Speaker
   Rev. Jaerock Lee
Pasaje
   Mateo 5:1-12
Date
   2008-05-22



Las Bienaventuranzas 2

La Escritura: Mateo 5:1-12
1 Viendo la multitud, subió al monte\; y sentándose, vinieron a él sus discípulos.
2 Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo:
3 Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
4 Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.
5 Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.
6 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
7 Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
8 Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
9 Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
10 Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
11 Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo.
12 Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos\; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.


Amados Hermanos en Cristo.
Este es el segundo mensaje sobre las Bienaventuranzas. En la primera de estas prédicas les hablé acerca de la bendición de los que son pobres en espíritu. Sobre esta bienaventuranza dice la escritura “Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de Dios.” Aquí el término “pobres en espíritu” no significa pobreza en el sentido mundano o material\; es decir, falta de dinero o de autoridad.

Personajes de fe en la Biblia, como Abraham y Job, vivieron una vida de riqueza porque Dios los amaba. José y Daniel llegaron a ser hombres de gran autoridad en una nación Gentil y disfrutaron de riquezas y prosperidad, aun cuando José fue vendido como esclavo y Daniel fue cautivo en un país extranjero. Los dos llegaron a ser gobernantes junto al rey de la nación.
Si malinterpreta la expresión ‘pobres en espíritu’ en un sentido literal, estas personas no deberían haber sido bendecidas. Por eso debe saber cuál es su significado espiritual.
“Pobres en espíritu” significa ser bueno y no tener maldad ni deseos por las cosas del mundo\; es decir, saber cómo limpiarse de toda clase de maldad. Estas personas pueden creer fácilmente en Dios y son bendecidos para poseer el reino de los cielos en la medida en que obedecen la Palabra.
No solamente entrarán al Reino de los Cielos como hijos de Dios sino que, como ciudadanos del cielo aún en este mundo, también tendrán gran autoridad espiritual y abundante bendición.
Amigos:
Aun la gente de este mundo sabe de las Bienaventuranzas porque han escuchado de ellas anteriormente. Algunos niños de la Escuela Dominical las memorizan y pueden repetirlas con mucha facilidad. Sin embargo, uno puede alcanzarlas sólo cuando conoce su significado espiritual y cuando obedece los pasos para recibir las bendiciones.
Usted podrá tratar de llegar a ser pobre en espíritu cuando conozca lo que significa ser pobre espíritu. Del mismo modo, solo después que sepa lo que es llorar, lo que es ser manso, y lo que significa tener hambre y sed de justicia, podrá alcanzar una por una las Bienaventuranzas.
Entonces podrá ser verdaderamente bendecido. Podrá dar gloria a Dios como hijo Suyo, y finalmente podrá entrar a la Nueva Jerusalén que tanto anhela.
Espero que haga de estos edificantes mensajes el alimento espiritual de su corazón. Oro en el nombre del Señor para que las Bienaventuranzas de Dios se derramen sobre sus vidas y así los demás puedan llamarlos bienaventurados y dichosos.

Amados Hermanos en Cristo.
Hoy vamos a hablar de la segunda Bienaventuranza, que es la puerta a la Nueva Jerusalén.

La segunda de las Bienaventuranzas la encontramos en Mateo 5:4, que cita lo siguiente, “Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.” Ahora, por favor repita después de mí. “Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.”

Según el diccionario, “lamentar” o llorar en este caso, significa sentir o expresar dolor o pesar. Sin embargo ¿Habrá acaso entre ustedes algunos qué piensen que para ser bendecido de ahora en adelante siempre tiene que fruncir el ceño y llorar con dolor? Esperó que ninguno malinterprete esto de esa forma.
He notado que algunos han malinterpretado algunas cosas y me han preguntado sobre este tema. Por favor entienda las cosas espirituales y las cosas carnales en su verdadero contexto y entienda correctamente cuál es el significado espiritual y cuál el carnal. Para entender correctamente esta palabra, debe comprender que hay dos clases de lamento o de llanto: El lamento carnal y el lamento o el llanto espiritual.
Lamentarse emotivamente a causa de nuestras debilidades es un sentimiento de aflicción en la carne y no tiene nada que ver con Dios ni puede producir bendición. Las personas que no son creyentes lloran y se desesperan cuando se sienten tristes por la pobreza, enfermedad, impotencia o cuando se molestan porque no pueden hacer lo que quieren.
Lloran cuando ven una película triste o cuando se hieren sus sentimientos y se afligen cuando han sido traicionados por alguien o cuando alguien los defrauda. No obstante, esta clase de lamento no es en lo más mínimo la voluntad de Dios. Dios tampoco se complace en ello. Los que están viendo este programa y quieran recibir respuestas deben saber que Dios no se complace con esta clase de lamento.
1ra de Tesalonicenses 5: 16 –18 dice, “Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.” Por eso, en vez de lamentarse, debe estar gozoso, debe orar sin cesar, y debe dar gracias a Dios en toda circunstancia. Esta es la llave para recibir las respuestas
Y Filipenses 4:4 dice, “Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!” una vez más aquí, y en muchos otros lugares en la Biblia, Dios nos dice que estemos gozosos y que demos gracias.
Y esto es porque aun cuando pasemos por pruebas, somos hijos de Dios, somos salvos y tenemos la promesa del Reino de los Cielos. Además, podemos realmente dar gracias porque sabemos que nuestro Dios de amor nos responderá cuando oremos en nuestras dificultades.
Por eso, si tiene fe podrá dar gracias\; pero si no la tiene no podrá hacerlo. Los que no tienen fe no pueden recibir respuestas a sus oraciones aun cuando Dios dice en Su Palabra, “Y te será hecho como creíste.”
Si tiene fe, debe estar gozoso y dar gracias como Dios dice. Por lo tanto, el lamento de los que son bendecidos no es el lamento de la carne sino un lamento espiritual. Este lamento es por el reino de Dios y Su justicia.
Más específicamente, hay diferentes categorías de lamento espiritual. En primer lugar, está el lamento de arrepentimiento. Cuando las personas aceptan a Jesús por primera vez y reciben el Espíritu Santo, lloran y se arrepienten con lágrimas porque se dan cuenta que Jesús fue crucificado por sus pecados.
Después que conocí a Dios, yo también me acongojé y lloré con lágrimas de arrepentimiento cuando escuche la Palabra de Dios en el primer servicio al que asistí. Sollocé y lloré intensamente desde el principio hasta el final del culto.
Creo que hace casi como 20 años, una Diaconisa Principal de la Iglesia, la hermana más dedicada a la oración, siempre se sentaba al lado de mi esposa y mío en cada servicio de adoración y clamaba de arrepentimiento. Ella nos dijo que pensaba que nosotros teníamos una fe muy grande al oírnos clamar tanto. Bueno, en realidad yo pensaba que estaba viviendo una vida correcta y que incluso podía vivir sin estar sujeto a la los mandamientos o a la Ley de Dios. Sin embargo, cada vez que reflejaba mi vida con la Palabra de Dios, había muchas cosas que no estaban conforme a la verdad. Por eso, lloraba de arrepentimiento, quebrantando mi corazón en cada culto de la semana de avivamiento que se realizaba en la Iglesia.
Al igual que yo, probablemente usted también experimentó el primer amor lleno de la gracia de Dios y de la plenitud del Espíritu Santo y tuvo esa sensación de estar volando después de arrepentirse de esta manera. Y después de arrepentirme con llanto y lágrimas durante una semana, sentí que podía hacer cualquier cosa para el Señor y que podía vivir confiadamente por la Palabra de Dios.
Entonces, inmediatamente después empecé a leer la Biblia. Leí desde el evangelio de Mateo Capítulo 1 hasta el final del Nuevo Testamento y luego el Antiguo Testamento. Tampoco dejaba de ir a las reuniones de oración en las mañanas. Concurría a los cultos de avivamiento y Dios me dio mucha de Su gracia, de modo que pude dejar de beber y de fumar. Antes de conocer a Dios, había intentado dejar de fumar, pero al poco tiempo volvía a lo mismo.
Muchos hermanos deben haber pasado por esta clase de experiencias. Se le llama ‘Tome una decisión por tres días.’ Yo podía soportar más de tres días, a veces siete o quizás diez. De todos modos, cuando veía un cigarrillo en la calle, lo recogía y lo fumaba donde no pudieran verme porque le había prometido a mi esposa dejar de fumar. Por eso, ella no debía sorprenderme fumando, sin embargo, si me encontraba, simplemente seguía fumando delante de ella porque ya me había sorprendido.
Pero después que llorando me arrepentí de mis pecados, recibí gracia y fortaleza de lo alto. Entonces, puede dejar de fumar y de beber licor en un instante. Y empecé a orar de madrugada y a vivir por la Palabra de Dios. También comencé a dar mi diezmo. No obstante, solo por el hecho que se ha arrepentido de sus pecados con lloro y lágrimas y ha recibido gracia, ello no significa que no enfrentará situaciones en las que tendrá que lamentar y llorar mientras vivia una vida de fe.
Uno debe afligirse por su pecado otra vez, y al final debe despojarse de este por medio de la oración y el ayuno. Si usted actúa por fe y su fe crece, y si ahora es un fiel siervo del Señor, ya no debe tener que lamentarse con arrepentimiento de esta manera. Esto no significa que no deberá lamentarse por sus pecados sino que no debe cometer ningún pecado por el cual tenga que afligirse si anhela el retorno del Señor y tiene la esperanza de entrar a la Nueva Jerusalén.
Es decir, no debe cometer ningún acto pecaminoso por el cual tenga que lamentarse. Por favor viva por la Palabra de Dios.
Luego: Uno se lamenta cuando no puede cumplir con sus deberes y responsabilidades. Tiene que orar y enseñar como buenos administradores del Señor dando un buen ejemplo a los demás. Tiene que visitar a los hermanos y hacer que su célula o grupo crezca, pero cuando no hace esto, se lamentará quebrantando su corazón.
Aparte del lamento espiritual está también el lamento cuando un hermano se aparta del Señor y va por el camino de la muerte. Cuando su prójimo peca y va por el camino de la muerte, o cuando su hermano pierde la fortaleza en las pruebas, usted tiene que animarle y orar con lágrimas como si estuviera en su lugar. Sintiendo compasión y misericordia por él, deberá orar con arrepentimiento a su favor para que pueda actuar y vivir por la verdad.
Sin embargo, algunos no oran con llanto ni arrepentimiento por otros sino que los juzgan al ver sus errores y la paja en sus ojos. Lastiman los sentimientos de los demás juzgando y condenando, o se dedican a divulgar esos errores. Esta clase de personas no son correctas delante de Dios.
Moisés se arrepintió por su pueblo y clamó por la misericordia de Dios a cambio de su vida cuando ellos cometieron pecados y la ira de Dios estaba sobre ellos. No fueron obedientes ni agradecidos sino que disputaron y se quejaron ocasionándole molestias y malos momentos. Sin embargo, aun así, él los amaba y oró con arrepentimiento a su favor.
Del mismo modo, usted tiene que orar y arrepentirse con lloro y lamento por los demás. ¡Qué malo es el que juzga y condena a otros y trata de divulgar sus errores! Estará amontonando mal sobre mal.
Estará acumulando pecados ante de Dios. Llorar y afligirse por los demás es algo agradable delante de Dios y esta clase de corazón de arrepentimiento y oración con amor por los demás es el corazón recto y agradable delante de Dios y el corazón que ha de ser bendecido.
También existe el lamento y lloro por la salvación de la gente. Cuando sus familiares, parientes o vecinos no se quieren arrepentir y van al camino de la muerte, usted ora con lágrimas por su salvación. Además, existe el lamento por las muchísimas almas que van a la condenación, por nuestra nación y por nuestro pueblo, por las iglesias, y por todo lo que obstaculiza e impide el avance del Reino de Dios. Esto es lo justo y recto delante de Dios.
El capítulo 11 de 2da de Corintios, registra que el apóstol Pablo había sufrido mucho por predicar el Evangelio. Había trabajado arduamente, había estado en la cárcel frecuentemente, había sido azotado cruelmente, y había sido expuesto a la muerte una y otra vez. Cinco veces había recibido los cuarenta azotes menos uno. Pasó una noche y un día en alta mar. Tuvo hambre y sed. Había padecido frío y había estado desnudo en muchas ocasiones. Además, se había encontrado con ladrones, dificultades, y persecuciones infinidad de veces y con mucha dificultad había escapado varias veces de la muerte.
Sin embargo, leemos en 2da de Corintios 11:28-29 lo siguiente, “Y además de otras cosas, lo que sobre mí se agolpa cada día, la preocupación por todas las iglesias.” La preocupación del apóstol Pablo era por todas las iglesias. Era por el Reino de Dios y Su justicia. No se lamentó cuando lo pusieron en la celda de la prisión, sangrando después de ser azotado y cuando le amarraron los pies con grillos. Sino que alabó y oró a Dios.
No, obstante se afligió por el Reino de Dios, por la justicia de Dios, y por las iglesias, y estando preocupado dijo, “¿Quién enferma, y yo no enfermo? ¿A quién se le hace tropezar, y yo no me indigno?” Este lamento y preocupación que expresó no era por causa de su propio sufrimiento.
También, Hechos 20:31 cita, “Por tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno.”
“Acuérdense que nunca he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno.” Los que así se afligen por el Reino de Dios, se afligen y expresan su preocupación cuando los creyentes no pueden permanecer firmes en la Palabra de Dios y cuando las iglesias no glorifican a Dios. Se afligen y oran por el espíritu y alma de los demás cuando sufren persecución por el nombre del Señor, aunque no se entristecen a causa de su propia persecución. Cuando ven al mundo en tinieblas y oscuridad, siempre oran para que la gloria de Dios pueda revelarse más abundantemente y para que infinidad de personas puedan ser salvas por medio de ese lamento y lloro.
Además, aunque se aflija por el Reino de Dios, no debe afligirse hasta el punto de debilitar su cuerpo y que ya no pueda orar ni cumplir sus deberes y responsabilidades para el Señor. Esto no será de beneficio para la obra del Señor. Así que debe aprender a ser moderado.

Amados Hermanos en Cristo.
El simple hecho de derramar lágrimas y decir que se siente afligido sólo de labios no es verdadera aflicción. Esta debe ser seguida por obras. Por ejemplo, si se aflige por su pecado y se arrepiente, no debe cometer el mismo pecado sino producir frutos de arrepentimiento abandonando dicho pecado.
Si se aflige por las almas, debe orar por ellos fervientemente, predicarles, y visitarlos. Cuando practique este verdadero lamento, será bendecido. Es decir, será consolado. Esta consolación viene de Dios. Pero ¿Qué clase de consolación es de bendición? Es diferente al consolación de las personas.
Algunos consuelan a los que son pobres y están sufriendo solamente de labios, sin hacer nada en realidad para aliviar físicamente sus dificultades. ¿Cómo puede ser esto amor si sólo le decimos a alguien que tiene hambre, ‘Lamento mucho que sea pobre y que no tenga nada de comer’?
Por el contrario, el acto de comprarle algo de comida sin decir una sola palabra es el verdadero amor. ¿De que sirve repetir sólo palabras? Por el contrario, nuestro Dios nos da la verdadera consolación. El amor de Dios se muestra con acciones y en verdad como se menciona en 1ra de Juan 3:18, “Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.”
Cuando Dios nos consuela, no sólo nos dice, “¡Qué pobre eres! No estés triste” o “Debe ser muy difícil lo que estas pasando”\; sino que Dios da alimento al que tiene hambre, sana a los enfermos y responde los deseos del corazón. Esta es la verdadera consolación. Entonces, el fruto viene cuando uno es consolado por Dios después de afligirse espiritualmente. Salmos 32: 1 dice lo siguiente, “Bienaventurado aquel cuya trasgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado.”
Como dije, Dios perdona cuando uno se aflige por sus pecados desgarrando su corazón. Usted conoce la plenitud y el gozo que vienen sobre nosotros después que se nos perdona y cuando el muro de pecado es derribado. En esa llenura, uno recibe la fortaleza y gracia de lo alto y puede despojarse de toda maldad con la ayuda del Espíritu Santo.
Por eso, tiene que entender bien lo que es el verdadero lamento y las obras que lo acompañan. Algunos tal vez digan que Dios no los consuela a pesar que se afligen y oran. Sin embargo la aflicción en la carne no puede agradar a Dios sino que por el contrario lo entristece. Solamente la aflicción espiritual puede agradar a Dios. Esta debe estar acompañada de fe y amor. Dios entonces lo consolará ya que se complace en la fe y en el amor.
Estoy ayudando económicamente a nuestros hermanos de la comunidad China de nuestra Iglesia. Algunos me dijeron que había una iglesia para inmigrantes de China y que sus miembros dijeron, “Les daremos alimentos y un lugar para descansar si vienen a nuestra iglesia. Así que vengan a nuestra iglesia.”
No obstante ello nuestros hermanos chinos no les hicieron caso. No estoy seguro, pero tal vez también les hayan ofrecido empleo. Aún así no les hicieron caso. ¿Por qué? Porque dijeron que la Palabra de Vida se predica aquí. Entonces, ¿Qué debo hacer? Pensé. “Ya se, debo resolver sus problemas. También tengo que proveerles un lugar para dormir, alimentos, trabajo, etc.” “Por eso, empecé a darles ayuda hasta que encontraron trabajo.
Una mañana, el hijo de un hermano de la comunidad China me dijo, “Pastor, gracias a que usted nos ayudó, ahora nuestros hermanos están viviendo en abundancia.” Me alegré mucho por eso. Como mostraron fe y amor con obras delante de Dios, fui motivado a ayudarles. Además, estoy seguro que Dios lo consolará si usted se aflige con fe y amor. Él no sólo consuela con palabras sino que de hecho obra con acciones, y lo bendice.
He pasado por muchas pruebas difíciles. Dios me consoló cada vez que me afligía en esas pruebas. Deje de quejarse. Él dice, “Se moderado. No te lamentes más.” Dios me consoló y me explicó muchas cosas acerca de las pruebas. Después de Su consolación, me llegó una bendición. Esto siempre ha sucedido desde el inicio de esta iglesia.
Por eso, ya se que Él me va a bendecir cuando soy consolado. Bueno, mientras mas grande era la prueba, más me afligía. Entonces, la consolación era mayor y la bendición más grande. Sin embargo, no me aflija sin motivo alguno. Si tuviera más tiempo, quisiera explicarles detalladamente como Dios me consoló y me bendijo. Sin embargo, ahora no tenemos suficiente tiempo.
Ciertamente Dios bendice a los que se afligen. Su consolación no es solamente de labios o sólo de palabras sino con acciones, con bendiciones, y dando solución a los problemas. Uno siempre se afligirá por otras personas y por el Reino de Dios si tiene fe y amor, entonces, el consolación de Dios vendrá. Las bendiciones vendrán inmediatamente después.
Será perdonado cuando se aflija por sus pecados quebrantando su corazón. Usted sabe lo grande de la llenura y del gozo que llegaron a su vida después que el muro de pecados que lo separaba de Dios fue derribado. En esa llenura, uno recibe fortaleza y gracia de lo alto para despojarse de la maldad y del pecado con la ayuda del Espíritu Santo.
Su espíritu y alma prosperarán en la misma medida en que se despojen del mal y del pecado. Como menciona 3ra de Juan 1:2 “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.” Qué grande será la bendición porque todo le irá bien y porque disfrutará de buena salud. Dios hace que su espíritu prospere, Dios responde a los deseos de su corazón, y bendice su hogar, negocio, y trabajo. Además, le da fortaleza a los que se afligen porque no pueden cumplir sus deberes para con Dios.
Dios hace que produzca fruto en el crecimiento de su iglesia si ora y actúa con aflicción espiritual por las almas. En la medida que se despoje del pecado y se santifique con lloro y lamento, Dios le da Poder como el que dio a los Apóstoles Pablo y Pedro. Será recompensado en el Cielo por su aflicción. Dios no solamente le consuela y bendice en esta tierra sino que también le dará una recompensa en el Cielo.
No obstante ello, es natural que se aflija por su propio pecado. Dios no consuela y bendice tal aflicción. ¿Por qué? Es porque hizo algo incorrecto. Entonces, ¿Cómo debe ser la aflicción por su pecado? ¿Cómo debe afligirse y lamentarse después de haber pecado? Debe quebrantar su corazón. ¿Por qué debe afligirse? Porque defraudó y desobedeció a Dios y porque entristeció a nuestro Señor y al Espíritu Santo. Debe afligirse porque crucificó al Señor nuevamente.
Debe afligirse por su pecado quebrantando su corazón si verdaderamente tiene fe y amor. Los que se afligen desgarrando su corazón nunca vuelven a cometer ese pecado otra vez. Los que pecan repetidamente, lo hacen porque solamente dicen de labios, “Padre, hice algo malo, No lo haré otra vez.”
Por ejemplo, algunos hermanos deben haber tratado de dejar de fumar pero sólo por tres días. Usted sabe esto porque ha pasado por esa etapa. Antes de llegar a ser cristianos, muchos deben haber intentado dejar que fumar.
En estos días, en nuestro país incluso los alumnos de la primaria fuman. También las chicas fuman. Muchos adolescentes fuman. Por eso, actualmente en los colegios ya no se dice “No Fumar en la Escuela” sino “No arrojar al suelo las colillas de los cigarrillos”. Colocan ceniceros en los baños o en otros lugares para que los alumnos puedan echar las colillas de sus cigarrillos. Cuando yo era alumno, a los que encontraban fumando en el colegio eran suspendidos de las clases y si volvía a suceder, eran expulsados de la escuela.
Sin embargo, ahora escucho que no dicen “No fumen” sino “No arrojen las colillas de los cigarrillos.” No en todas las escuelas, pero hay algunas que hacen esto. Todos saben que fumar es dañino. El tabaco causa cáncer. Es la causa principal del cáncer en las personas. Aparte de esto, ¿Cuántos otros efectos nocivos y enfermedades causan a su cuerpo? Sin embargo no dejan de fumar aunque saben que es nocivo. ¿Por qué?
Los que ya son adictos a la nicotina dicen que es más difícil dejar de fumar que dejar las drogas. Señalan que se debilitan físicamente si no fuman. Algunos dicen que pierden el apetito y energía para trabajar si intentan dejar de fumar. ¿Por qué? Porque ya son adictos. Por eso, no pueden dejar de fumar. Es difícil estar sin fumar más de tres días no importa cuanto se esfuercen. Y caen en lo mismo otra vez.
Sin embargo, es muy fácil dejar de fumar o de beber licor estando en el Señor y en Dios. Si realmente entiende el amor de Dios y lo ama, abandonará cualquier cosa que no le agrade a Él. Si se aflige con esta clase de actitud de corazón por abandonar el cigarrillo y se decide a hacerlo, Dios le dará la gracia y la fortaleza para que pueda lograrlo sin mucho esfuerzo aunque ahora sea un fumador empedernido.
Podrá abandonar este mal hábito porque ama a Dios. Entonces podrá verdaderamente afligirse. Nunca volverá a fumar o beber si realmente se aflige por eso. Y lo mismo sucede con los pecados. Usted puede abandonar el pecado si tiene fe. Tiene que retribuir el amor y la gracia de Dios si conoce Su amor. Entonces, se despojará de sus pecados ya que Dios no se agrada de ellos y dejará lo que tenga que dejar, se despojará de lo que tenga que despojarse, no hará lo que Dios dice que no hagamos y hará lo que dice que debemos hacer.
Además, si sabe que eso conduce a la muerte, es decir, no sólo a la muerte física, sino a la muerte eterna en el lago de fuego y de azufre en el infierno. Si cree eso, obviamente abandonará el pecado. Renunciará a lo que es perjudicial para su salud aun cuando su vida sea breve en esta tierra. Entonces, ¿Cómo es posible que no deje de pecar sabiendo que irá al eterno fuego del infierno? Con toda seguridad que sí lo hará si cree en esto. Y nunca volverá a pecar otra vez. Se preparará como la novia del Señor y alcanzará el nivel del espíritu perfecto. Y como es una obra de fe, Dios lo amará y responderá a sus oraciones.

Amados Hermanos en Cristo.
Aprendamos a afligirnos con sinceridad. Cuando uno tiene fe y amor verdadero podrá llorar y orar por aquellos que están muertos en sus pecados, entonces será consolado por Dios no sólo de labios sino también con bendiciones. Y como escucho la voz de Dios, sé cómo Él consuela y el costo de esa consolación. Sin embargo, mucha gente nunca ha escuchado la voz de Dios. Pero no por eso puede decir, “No sé como lo que es ser consolado.”
¿Por qué? Todo lo que tiene que hacer es sólo creer esta palabra. Si llora por el Reino de Dios y por las almas que están agonizando, Dios lo consolará como dice Su Palabra, “Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.” Él lo consolará y con toda seguridad habrá respuesta a su llanto y aflicción. Es decir, recibirá muchas respuestas. Por eso se le llaman bendiciones, no una bendición. Y estas se atesoran como recompensas en el Cielo.

Termino el mensaje:
¿Cuánto se aflige espiritualmente? Los que se afligen no solamente de labios sino que se apartan del pecado, salvan almas y producen fruto ya deben haber sido consolados abundantemente. Desde que empezamos nuestra iglesia, he llorado y me he afligido quebrantando mi corazón si uno de nuestros miembros cedía a la tentación o no asistía a la iglesia. He ayunado y orado toda la noche por esa alma con un dolor indescriptible.
Incluso el día de hoy ni siquiera puedo dormir bien a causa de la aflicción por los miembros de la iglesia, por la gente del mundo que no es salva, y por mi deseo de glorificar a nuestro Padre con mayor poder. En esa misma medida, Dios me ha consolado grandemente todos los días y me ha manifestado Su amor de tal manera que no puedo llegar a expresarlo. ¿Sabe cuanto me aflijo cuando uno de los siervos o ministros del Señor, o algún hermano de la iglesia a quienes conozco bien se enferma? Me aflijo por ellos día y noche. Un día, alguien me pidió que ore por otro ministro. Entonces sentí que ese ministro podría estar en una situación peligrosa.
Sin embargo, aunque usted no me lo pida, yo oro día y noche por los que están enfermos. Oro por ellos en la calle. Oro también cuando estoy comiendo. Siempre parezco que estoy absorto en mis pensamientos o distraído. Quizás parezca distraído mientras estoy orando. Siempre estoy pensando en las almas y en el Reino de Dios y Su justicia y oro.
Padre, por favor cuida y protege a esa persona. Haz que se arrepienta y sánalo. Ayúdalo a salir de esos problemas. Padre, sánalo pronto para que te glorifique. Siempre oro de esta manera.
Por favor, no permitas que muera. Si descubro que alguien ha pecado, oro otra vez. ¿Por qué Dios no me diría si uno de los líderes de nuestra iglesia peca?
Dios me lo haría saber si es que conozco a esa persona. Dios me lo mostraría en un sueño o me lo diría en Voz audible, o a veces, en una visión. Entonces empezará a orar si lo llego a saber. Si me entero a través de una revelación, a veces no es tan clara, entonces oro a Dios por confirmación.
Luego, Dios me lo revela a través de muchas evidencias. Entonces, ¿Qué hago? Empiezo a orar y a afligirme por esa persona. “Padre, sálvalo. Por favor haz que se arrepienta y que cambie. Dale la gracia para ser salvo, Padre.” Siempre oro con lloro. Siempre oro no solamente por los enfermos sino también por esas personas. Muchas veces me encuentro orando en las calles o al estar comiendo. Por eso, a veces mientras como no me doy cuenta dónde están los platos en la mesa.
Mi esposa sabe esto. Como una cucharada de arroz y no se cual es el plato que estoy comiendo. Normalmente como el arroz con algas sin salsa de soya pero con pimienta roja. A veces, por equivocación uso salsa de soya en lugar del picante. ¿Por qué? Es porque en ese momento estoy orando.
Ni siquiera termino lo que me sirven porque siempre estoy orando por las almas perdidas. Después de comer no se ni lo que he comido. Por lo general no recuerdo si tomé café u otra bebida. Esto se debe a que no presto mucha atención a las comidas. Ya me he acostumbrado a esto porque siempre estoy orando por las almas perdidas y por el Reino de Dios.
Además, ¿Para qué oro pidiendo el poder de Dios? Es porque 6 billones de personas en el mundo están muriendo. Y es porque no han oído de Dios y no saben que Jesús es nuestro Salvador.
A medida que el conocimiento, la ciencia, y la medicina aumentan y se desarrollan, la gente resiste cada vez más a Dios. Por ejemplo se oponen a Dios con la teoría de la evolución. Incluso algunos cristianos no entienden completamente la verdad y pecan, persiguen al pueblo de Dios, y no viven una buena vida piadosa. ¡Qué lamentable es esto!
Por eso oro por el poder de Dios. Oro para recibir el poder que nuestro Señor manifestó e incluso en mayor proporción. ¿Por qué? Porque es difícil predicar a Dios demostrando poco poder en estos últimos tiempos cuando el mundo está lleno de pecado, cuando el conocimiento ha aumentado tan considerablemente, y cuando la ciencia y la medicina han desarrollado en tal magnitud.
Por esta razón, siempre oro con lloro y lamento para salvar a muchas más almas, para darles a conocer a Dios el Creador, y glorificarle. No estoy satisfecho con el poder que tengo ahora, por eso, oro sin cesar. Lo hago para llevar a muchas almas a la salvación y glorificar a Dios. Mientras oro, Dios me explica todo acerca de los secretos más profundos del reino espiritual y celestial, incluso me explica acerca del Libro de Génesis.
Dios es un Dios vivo y Jesús nuestro Salvador vino a la tierra hace 2000 años para redimirnos del pecado. Murió derramando Su sangre en la cruz. Resucitó, y ascendió al cielo. Tan cierto como que hay un cielo y un infierno, Él volverá para llevarnos. Sin embargo, la ciencia, el conocimiento, y la teoría de la evolución ha enceguecido a la gente. ¡Que triste es esto!
No puedo dejar de orar porque mucha gente muere y va al infierno. Por eso, tengo que orar día y noche para batallar contra Satanás y el diablo. Tengo que ir a la montaña a orar y dar a conocer a la gente estas cosas para que puedan creer que lo que la Biblia dice es verdad. Tengo que proclamarlo al mundo entero y estoy preparándome para hacerlo. Como tengo que mostrar evidencias, Dios está usándome para manifestar muchos milagros, señales y maravillas, así como muchas obras de Su Poder, cosas extraordinarias, y todo lo que está escrito en la Biblia. Sobre todo, Dios ha manifestado su maravilloso poder creando órganos nuevos y restituyendo las partes dañadas en algunas personas de modo que muchas almas pudieran ser guiadas a la salvación.
Hace poco, escuchamos el testimonio de un hombre que fue sanado de cáncer a la nariz cuando estreche la mano donde estaba escrito el nombre de su enfermedad. Más aun, la persona que me dio la mano era su nuera. También, muchas obras milagrosas han sido manifestadas solamente al orar sobre las fotos que me han enviado o tan sólo mirando a los ojos de las personas. En estos días, hay muchos que me han traído fotos de personas enfermas desde países lejanos y de diferentes lugares de nuestra nación y he orado por sanidad. Escucho sus testimonios diciendo que fueron sanados de Cáncer y de otras enfermedades después de una semana. ¡Qué maravilloso es esto!
Por eso, muchos han recibido respuestas y bendiciones por medio de la oración con el pañuelo ungido o con el agua dulce de Muan o después que me aparecí en sus sueños y oré por ellos. Todas estas son abundantes bendiciones de consolación de Dios quien consuela a los que se afligen y lloran. Además, Dios me reveló profundos secretos espirituales y cosas del reino espiritual para que pueda proclamar a Dios el Creador. Me dio la promesa que le glorificaría y me mostró señales de ello.
Dios me prometió no solo que tendría salud y paz en mi familia sino también bendiciones económicas al ciento por uno. Me ha respondido tan pronto como anhelé cualquier cosa en mi corazón. Además, hay innumerables respuestas que Dios me ha dado como muestra de Su consolación cuando he llorado por el Reino de Dios y Su justicia.
Es mi anhelo que todos ustedes reciban la consolación y las respuestas de Dios al llorar y lamentarse espiritualmente ante Él. Dios le recompensará no solamente en esta tierra sino también en el Cielo en la medida en que llore y se aflija espiritualmente como ministro, siervo, o también como hijo de Dios.
Nuestro Señor me habló de una hermana que siempre lloraba y oraba. Su casa en el Cielo está decorada con numerosas perlas especiales. Por supuesto, tendrá muchas otras clases de piedras preciosas y de recompensas. Sin embargo, Dios manifiesta Su consuelo con estas perlas especialmente a los que oraron, se afligieron y lloraron por otras almas y por establecer el reino de Dios en la tierra.
Apocalipsis 21:4 menciona lo siguiente, “Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos\; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor\; porque las primeras cosas pasaron.” En el reino celestial donde no hay lágrimas ni dolor, Dios otorgará gloria y recompensas que no se pueden describir con palabras por toda su aflicción espiritual en esta tierra. Muchos de ustedes están acumulando bellas recompensas de perlas y de otras joyas y coronas.
Espero que nuestros amados hermanos no se lamenten ni se entristezcan en la carne buscando su propio provecho como las personas del mundo sino que se lamenten espiritualmente por el Reino de los Cielos y por otras almas.
Usted no debe lamentarse por cosas terrenales sino regocijarse y dar gracias si tiene fe. Es por el Reino de Dios y por otras almas por lo cual debe afligirse.
Por ejemplo, no puede regocijarse y dar gracias a Dios cuando alguien comete un pecado. Debe afligirse por esa persona. A esto se llama fe y amor. Entonces Dios lo consolará. Por favor, solamente aflíjanse espiritualmente por el Reino de Dios Padre y por las demás almas

Oro en el nombre del Señor para que sea bendecido y sea consolado en el cielo así como en la tierra.

Amen

 
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