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| Noticias Manmin   No. 202 | HIT 5265 | DATE 2015-12-13
 
¿Usted sabe que hasta el final el amor de Dios quiere salvarnos?



Dios nos muestra Su amor hasta el límite máximo dentro de los límites de la justicia, incluso cuando el juicio es inevitable. Es porque Él quiere que tanto los malvados como los pecadores, se vuelvan del camino de la muerte (Ezequiel 18:23). A través de los siguientes relatos bíblicos, podemos sentir el amor de Dios, que quiere dar oportunidades para la salvación. Mediante la misericordia de Dios podemos alcanzar la salvación perfecta.


El juicio del Diluvio: Dios quería salvar a tantas personas como fuera posible a través de un hombre justo, Noé

En Génesis 6, en el tiempo de Noé, hubo un juicio mediante un Diluvio. El Dios de amor esperó pacientemente durante mucho tiempo, pero la maldad de los hombres era mucha en la tierra. Debido a que cada intención y designio del corazón era solamente el mal, el juicio era algo inevitable.

Incluso en estas condiciones, Dios instó a Noé para proclamar el juicio que se avecinaba y permitió que todo aquel que lo escuchara entrara en el arca para salvarse. No obstante, nadie a excepción de su familia escuchó. Solo Noé y su familia entraron en el Arca, y los preparativos para el juicio llegaron a la conclusión.

Pero incluso después de que Noé cerrara la puerta, Dios nuevamente les dio a las personas un período de siete días de gracia. Esperó por si acaso alguien golpeara a la puerta del Arca para ser salvo. A pesar de que tuvo que llevar a cabo el juicio de acuerdo a la justicia, podemos sentir el corazón ardiente de Dios que quería salvar a la gente al extender la oportunidad de ser salvos.


El juicio de Sodoma y Gomorra: la justicia fue perfeccionada por el amor de un hombre justo, Abraham

En Génesis 18, Dios se apareció ante Abraham y le dijo acerca del juicio de Sodoma y Gomorra de antemano. Antes de juzgar a la gente de allí, Él volvió a comprobar sus pecados y maldad. Dios anhela salvar hasta la última alma.

Dios quiso dar más oportunidades a las personas a través de la intercesión de un hombre justo, Abraham. Él sabía que Abraham entendería el corazón de Dios y que intercedería con amor hacia ellos. Finalmente, Abraham recibió la promesa de Dios. Dios prometió no destruir las ciudades, siempre y cuando hubieran diez hombres justos en las ciudades.

Sin embargo, cuando Dios envió Sus arcángeles y los hizo mirar de cerca alrededor de la ciudad de Sodoma, no había ni diez hombres justos. El juicio de fuego, finalmente, vino sobre ellos. Mientras tanto, Dios salvó al sobrino de Abraham, Lot, y sus hijas debido a Su consideración por Abraham.

Así es como Dios cumplió la justicia con amor hasta el final.


Juicio de Nínive: La mano de salvación de Dios fue extendida a las personas de Nínive hasta el último momento

En Jonás 1, Dios le dijo al profeta que predicara acerca del inminente juicio de destrucción sobre la ciudad de Nínive. Debido a que la maldad de ellos había subido delante de Dios, no estaba en contra de la justicia que la ciudad fuera destruida. Pero Dios les dio la oportunidad de arrepentirse, volverse de sus pecados y recibir la salvación.

Todos los habitantes de Nínive, incluyendo el rey, ayunaron y clamaron a Dios fervientemente. Incluso hicieron que sus ganados ayunaran y también se apartaron de sus malos caminos y la violencia que estaba en sus manos. Cuando Dios vio sus obras Él cedió del mal que había declarado el cual traería sobre ellos. Él no lo llevó a cabo (Jonás 3:10). Sin embargo, cien años más tarde, la ciudad se llenó de pecado y del mal de nuevo y el juicio vino sobre ellos. En esa ocasión, ellos no se arrepintieron y la ciudad fue totalmente destruida en el año 609 a. C.

Hasta entonces Dios les había dado muchas oportunidades para que se apartaran de sus pecados. Dios extendió Su mano de salvación sobre ellos hasta el último momento. No obstante, fueron las personas que optaron por no aprovechar las oportunidades, sino ir por el camino de la destrucción.


Los siete años de la Gran Tribulación; la última oportunidad de Dios de la salvación del espigueo a través de dos testigos y 144.000 predicadores

Cuando el evangelio sea predicado a los confines de la tierra, el Señor vendrá en el aire. Entonces, los que tienen fe para ser salvos por aprender el evangelio y vivir por la voluntad de Dios, recibirán un cuerpo resucitado y serán arrebatados en el aire en un instante. Este es el final del cultivo de la humanidad, y el inicio de los miserables siete años de la Gran Tribulación que esperan a aquellos que se queden en esta tierra.

No obstante, Dios preparó un camino de salvación incluso para las personas que se queden en este mundo y no hayan escuchado el evangelio. Si lo escuchan por medio de los dos testigos y los 144.000 predicadores profetizados en Apocalipsis, y si aceptan a Jesús como su Salvador, podrán morir en desastres naturales o guerras de modo relativamente fácil, y alcanzarán salvación. De esta manera, Dios quiere llevar a la salvación hasta la última alma.

Sin embargo, aquellos que escuchen el evangelio y digan que creen, pero no tienen fe, deben convertirse en mártires para que alcance la salvación. Con el fin de que aprovechen la última oportunidad para la salvación, tienen que pasar por duras torturas y mantener la fe sin recibir la marca de la bestia. Sin embargo, habrá muy pocas personas que reciban el martirio de este modo y la salvación.


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