Al comenzar este nuevo año de bendición, la Iglesia Central Manmin se ha llenado de pasión por la Palabra de Dios. Esto se debe a que los miembros desean alcanzar la Nueva Jerusalén al llegar a tener un corazón santificado y agradable a Dios, y al ser fieles en todo aspecto. Nosotros podemos ser conducidos a caminos de prosperidad en la medida en que nos santificamos con la Palabra de Dios y la oración (1 Timoteo 4:5) y al conocer y vivir más en la verdad (Josué 1:7-9). Si comprendemos las maneras específicas con las que nos armamos con la Palabra y las aplicamos, podremos convertirnos en guerreros espirituales que extienden el reino de Dios y producen frutos abundantes, tanto en lo espiritual como en lo natural.


Paso 1 Escuchar, leer, memorizar la Palabra de Dios diligentemente y grabarla en lo profundo del corazón

En Deuteronomio 6:6-9 leemos: «Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas».

Este pasaje surge del amor de Dios quien quiere proteger y bendecir a Sus hijos. Podemos estar bajo Su protección al observar y guardar Su Palabra en nuestro corazón y cumplir Sus mandamientos. Es decir, los hijos de Dios deben tener Su Palabra cerca todo el tiempo y deben grabarla en el corazón (Proverbios 3:3).

Un rasgo característico del ser humano es que su corazón es inconstante. Mientras más rasgos carnales tienen, es frecuente que olviden lo que han escuchado y que tomen decisiones sin meditar. Por eso deben prestar mucha atención a lo que está escrito en Hebreos 2:1. Alguien puede decir: «Estoy muy viejo y no puedo memorizar la Palabra y ponerla en mi corazón». Sin embargo, esto es simplemente una excusa.

Si usted memoriza versículos de la Biblia, se le pueden olvidar dentro de poco. Por otro lado, si los guarda en su corazón, podrá recordar el mensaje que le transmiten los versículos aunque no recuerde en dónde exactamente están en la Biblia. Es algo semejante al hábito de comer tres comidas por día, dormir y respirar, aunque no tratamos conscientemente de recordarnos que debemos hacer estas cosas. Es decir, si guardamos la Palabra en el corazón e intentamos ponerla en práctica, jamás la olvidaremos.

Por consiguiente, grabar la Palabra en el corazón significa que obedecemos en obras, la hacemos nuestro pan de vida y la cultivamos en el espíritu. No significa que guardamos la Palabra como mero conocimiento, sino que la ponemos en el corazón y la cultivamos en el espíritu. Entonces no la olvidarán aunque pase el tiempo y el Espíritu Santo les recordará la Palabra cuando sea necesario.


Paso 2 Meditar en la Palabra cada día y orar fervientemente con la Palabra

Cuando amamos a alguien pensamos en esa persona todo el tiempo y la extrañamos. De igual manera, si usted ama la Palabra de Dios, meditará en ella todo el día (Salmos 119:97; 148). No obstante, no es nuestra voluntad ni nuestros esfuerzos lo que nos permitirá meditar y guardar la Palabra.

Necesitamos recibir la gracia y la fortaleza de Dios, así como la ayuda del Espíritu Santo mediante la oración ferviente. Solo entonces podremos alejarnos del pecado y poner en práctica la Palabra. Es por eso que 1 Timoteo 4:5 dice: «Porque por la palabra de Dios y por la oración es santificado».

Dios había dicho a los israelitas que no comieran ninguna cosa cruda del cordero, ni cocida en agua, sino asada al fuego; su cabeza con sus pies y sus entrañas (Éxodo 12:8-9). El cordero simboliza a Jesús quien es la Palabra que se hizo carne y vino a este mundo. Él es la verdad en Sí mismo.

El pasaje significa que no debemos interpretar los 66 libros de la Biblia literalmente, ni tampoco mezclarnos con cualquier conocimiento de otro tipo. Debemos recibir la Palabra solo mediante oración ferviente y con la inspiración del Espíritu Santo, y hacer de esto nuestra vida. En Hebreos 4:12 leemos: «Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón».


Paso 3 Cultivar el corazón en el espíritu mediante la práctica de la Palabra

Romanos 2:13 expresa: «Porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados». Como está escrito, es importante poner en práctica la Palabra y no solo escucharla. Por medio de las obras nuestra fe se perfecciona y podemos alcanzar la salvación perfecta.

Además en Juan 6:53, Jesús dijo: «De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros». Comer la carne del Hijo del hombre se refiere a considerar los 66 libros de la Biblia como el pan de vida en nuestro corazón, y cuando ponemos en práctica esta Palabra con fe, estamos bebiendo la sangre del Hijo del Hombre. Cuando entendemos la verdad y la ponemos en práctica, la sangre del Señor nos limpia de todo pecado y podemos recuperar la imagen de Dios.

Cuando ponemos en práctica la Palabra de Dios, nuestro corazón mentiroso manchado con pecado se volverá un corazón veraz. Si meditamos en la Palabra todo el tiempo e intentamos poner en práctica la verdad, el Espíritu Santo nos permitirá escuchar su voz a través de las partes sanas de nuestro corazón. Él nos enseña la verdad y nos recuerda de todas las cosas que pertenecen a la verdad (Juan 14:26).

Por ejemplo, cuando son insultados y perseguidos injustamente por el nombre del Señor, Él les recordará lo que dice Mateo 5:11-12: «Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo». Si tienen la Palabra en el corazón como el pan de vida, podrán escuchar la voz del Espíritu Santo diciéndoles que se regocijen y den gracias. Al obedecer con fe, pasarán la prueba fácilmente y podrán glorificar a Dios.

Los que tienen la palabra de Dios como pan de vida en el corazón podrán ser guiados por el Espíritu Santo. Al obedecer Su voz, dejan de cometer pecados. En la medida en que se armen a sí mismos con la palabra espiritualmente, podrán vencer a Satanás y escuchar la voz del Espíritu Santo claramente y recibir su orientación. De ese modo podrán ser guiados hacia la prosperidad en todo tiempo.