La mayoría de los productos distribuidos y adquiridos en nuestros días están regulados por códigos de barra. Cuando un producto es examinado en una lectora, la información de ese producto en particular es leída instantáneamente y registrada en la computadora. De acuerdo a la longitud y la anchura de cada barra, 2 barras crean un par y representan un dígito. La combinación de estos dígitos se traduce en la información con respecto a la producción y el precio del producto.
Entre estas barras hay 3 pares de barras que son más largas que las demás. Cuando una computadora identifica cada conjunto de códigos de barra, estos 3 pares de barras denotan el principio, el medio, y el final de cada código de barra. Cada uno de estos 3 pares de barras representa el número “6.” Cuando una computadora procesa cada código de barra, se dice que el número “6 “es el dígito más ideal que produce la menor cantidad de errores. Por lo tanto, en cada código de barra, los 3 pares de barras cada uno de los cuales representan el número “6,” forman “666.”
Como el empleo del código de barras se ha vuelto común y su accesibilidad es reconocida ampliamente, algunas personas han propuesto una pregunta: ¿cuánto más fácil se volvería la vida si se grabaran los códigos de barra en los cuerpos humanos?
Una solución de este tipo es un “biochip,” una cápsula en forma de microchip cuya longitud es menos de 1 centímetro (aproximadamente 4 pulgadas) de largo, qué se implantaría en un cuerpo humano por vía de inyección. Esta astilla minúscula contiene un dispositivo que guarda y salva información, antenas, y una batería. Ese dispositivo del almacenamiento contiene la información del organizador y las antenas se usan para transmitir la información guardada al equipo fuera del cuerpo. La batería se carga solo dentro del ser viviente.


El Veri chip, el primer chip humano-implantable aprobado por la Administración de Drogar y Alimentos (FDA) en Octubre del 2004, contiene los archivos médicos de un individuo, entre otros, y cada Veri chip está compuesto de 16 dígitos numéricos. El Veri Chip es un código de barras humano que fue inventado inicialmente para regular las ventas y el inventario de productos diferentes. La controversia ha estado haciéndose, sin embargo, cuando el código de barra es aplicable a los seres humanos.
El uso de códigos de barra en los humanos se limita hasta ahora a la localización y regulación de los pacientes que padecen la enfermedad de Alzheimer o delincuentes sexuales, pero la expansión del alcance de su uso se ha vuelto una tendencia últimamente. Esto está prediciendo la violación inminente de los derechos humanos que se derivan de “los códigos de barra.”
Iniciando el año pasado, la Ciudad de Seúl lo ha hecho obligatorio para todos los perros mascotas a ser implantados con el microchip de identificación compuesto de 15 dígitos. Esta medida tomó efecto en respuesta a la severidad de las molestias causadas por los perros. Hay también una posibilidad de usar implantes de microchip en humanos como un medio para dirigir la vigilancia en los criminales. Cualquiera sea el motivo o el incentivo, sin embargo, como el uso de microchip implantable en los humanos se vuelve más generalizado, la humanidad ya no parece ser libre de la restricción de etiquetarse “como los productos de códigos de barra.”
Junto con las críticas y preocupaciones con respecto a la violación de los derechos humanos, las personas se oponen generalmente a tener substancias externas insertadas en sus cuerpos. Sin embargo, un tiempo vendrá cuando las personas aceptarán su uso sin sentirse demasiado incómodo especialmente después de que ellos hayan escuchado hablar repetidamente de la utilidad y el consuelo ofrecido por tales dispositivos. Fuerzas poderosas de las cuales nosotros no somos totalmente conscientes ya han hecho sus adelantos profundos en nuestra vida cotidiana.


“Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobre, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre. Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis.” (Apocalipsis 13:16-18).