Dios ha creado el reino espiritual invisible en adición al mundo físico visible a nuestros ojos. Así como existen muchos seres en el mundo físico, esto también se aplica al mundo espiritual y los más destacados de los seres espirituales son los ángeles. El término "ángel" aparece 190 veces (en la Biblia New American Standard) en más de la mitad de los 66 libros de la Biblia. Como la Biblia es la verdad misma, la existencia de ángeles de quien ésta habla es también verdad.
Como "espíritus ministradores" (Hebreos 1:14), los ángeles sirven en varias capacidades. Ellos son enumerados por "millares" (Hebreos 12:22), y de acuerdo al papel que cada uno debe realizar, hay un orden estricto y una organización a la cual se adhieren todos ellos (1 Tesalonicenses 4:16; 1 Pedro 3:22). Como asistentes de Dios, la principal función de los ángeles es colaborar con Él con la cultivación de la humanidad a través de la cual Dios ganará hijos verdaderos con quienes compartir Su amor. Los arcángeles, como líderes de todos los ángeles, supervisan una variedad de aspectos al lado de Dios, se reportan directamente a Él, y reciben instrucciones de Dios mismo.
Arcángeles muy conocidos incluyen al Arcángel Miguel y Arcángel Gabriel. Equivalente a un oficial civil, el Arcángel Gabriel sirve como un mensajero que lleva grandes respuestas de Dios, revelaciones de Su providencia y de Sus planes, y secretos (Daniel 9:21-23; Lucas 1:19). El Arcángel Miguel, por otro lado, sirve como un oficial militar quien dirige a los ejércitos celestiales y ayuda al pueblo de Dios en sus batallas espirituales (Daniel 10:13-14; Judas 1:9; Apocalipsis 12:7-8).
También hay ángeles que informan a Dios todas nuestras actividades del día (Mateo 18:10) y aquellos que llevan a Dios el humo del incienso, con las oraciones de los creyentes (Apocalipsis 8:3-5). Otros ángeles protegen y vigilan a los hijos de Dios (Hebreos 1:14) y hay otros que asisten a los hijos de Dios en sus tiempos de dificultad (Daniel 6:22; Hechos 12:6-11). También hay ángeles y ejércitos celestiales encargados de las alabanzas a Dios (Salmo 148:2) y ángeles que traen destrucción como retribución a los pecados de alguien (2 Samuel 24:16; Hechos 12:23).
Si Dios abriera nuestros ojos espirituales, veríamos a los ángeles (Números 22:23). Cuando Él permite que los ángeles vengan del reino espiritual al mundo físico, nosotros podríamos verlos con nuestros ojos físicos (Génesis 19:1-22; Hechos 12:7-10).