Anciano Dong-rip Lee (Parroquia 1-1; Maestro en la Escuela Superior de Señoritas en Sudo)


El Anciano Dong-rip Lee ha enseñado en la escuela durante 28 años la historia de Corea y del mundo. Él dice que se siente como si hubiera terminado su servicio militar ya que inició a enseñar en la escuela hace solamente dos o tres años atrás. Recuerda muchas cosas que le han ocurrido durante este servicio en las escuelas: Concentrándose en la enseñanza de las 6 a.m. hasta las 11 p.m.; intercediendo con la policía a favor de los padres de los malos estudiantes; permaneciendo en la calle toda la noche esperando que estudiantes abrieran la puerta para conversar con ellos; impresionándose con las cartas que los estudiantes le entregaban el Día del Maestro; y mucho más.
“No importa que tan sucio esté el mundo, las escuelas siguen siendo limpias y puras, pues hay muchas personas que tienen corazones inocentes y cálidos en las escuelas”, dice él. “Nadie sabe en qué clase de persona se convertirá un alumno en el futuro, ya sea porque es bueno en el estudio o porque es considerado como una persona problemática en la escuela. Yo siempre estoy feliz con ellos porque los veo solamente con los ojos de la fe”.
En medio de su servicio como maestro se encontró con un punto de cambio en su vida. “En Diciembre de 1991, fui guiado a la Iglesia Manmin por mi esposa, la Diaconisa Mayor Keum-Sun Yoo. Mientras escuchaba los mensajes, empecé a arrepentirme de mis pecados, dejé de fumar y de tomar y me decidí a seguir una vida Cristiana apropiada. En oraciones fui sanado de mi timpanitis y llegué a tener la seguridad de la vida después de la muerte. El objetivo de mi vida se convirtió en Dios como centro de ella”.

Y él reconoce que ha tratado de poner a sus estudiantes en los marcos que consideró ser de un buen estudiante a pesar que los amaba, cambió sus actitudes y trató de comprenderlos. Después de eso se ha esforzado no solamente para darles el mejor conocimiento sino también para hablarles sobre el amor de Dios.

Ha orado por sus estudiantes, sus padres y sus hogares cada día, y ha expresado su interés y amor por aquellos que no estaban interesados en estudiar enviándoles cartas o correos electrónicos. Cuando oraba por esparcir el amor de Dios a muchos estudiantes más, Dios le permitía ser trasladado de una escuela privada a una escuela pública, y de esta manera movilizarse a otras escuelas una y otra vez, obteniendo las oportunidades de reunirse con nuevos estudiantes.

“Estoy enseñando historia, así que en mi clase les explico a los estudiantes sobre la cultivación de la humanidad, sobre el cielo y el infierno, y les hablo del evangelio, mientras les hablo del origen de la humanidad, la historia de Israel y la edad media en Europa. Al implantar la verdad en sus corazones que son puros e inocentes, mi deseo es que reconozcan cuan valiosos son y que se conviertan en la luz y la sal de este mundo”. De esta forma, revela su cariño por ellos.

- Reportaje escrito y realizado por by Jennifer Lim (manminnews@hotmail.com)