~ Diácono Gwan-Gyu Lee (Profesor Asistente, Departamento de Arquitectura del Paisaje, de la Universidad de Kangwon\; Iglesia Manmin Chuncheon)


Profesor Lee (izquierda) con sus estudiantes

En este mundo existe un poder que supera el poderío del hombre. Ése es el poder de Dios el Creador y sólo aquellos que lo han experimentado pueden testificar de él.
Durante 17 años yo era atormentado por una rinitis crónica. Era tan severo que mis fosas nasales se inflamaban delante de un sistema de aire acondicionado o de calefacción, y siempre que yo agarraba contraia un resfriado, yo apenas podía respirar. Cuando mi nariz se llenaba era difícil de continuar una clase y mi concentración se retrasaba considerablemente al dirigir una investigación. y al momento de dirigir una investigación se retrasaba considerablemente por la caida de mi concentracion. Antes de una clase o una reunión, yo siempre usaba el rociador para la rinitis pero el alivio era temporal. Cuando yo comprendí que ningún tratamiento médico podía curar la rinitis, yo lo consideré mi destino y decidí vivir con ella.
Entonces la gracia de Dios descendió sobre mí. Cuando “La Reunión Especial de Sanidad Divina” que tuvo lugar en la Iglesia Central Manmin el viernes, 30 de mayo de 2008, fui sanado completamente de la rinitis crónica al recibir la oración del Dr. Jaerock Lee. En el momento en que yo recibí su oración, yo sentí como si algo penetrara mis fosas nasales y los limpiaba. Yo no sentía incomodidad después de ello e inmediatamente quedé libre de toda la medicación de la rinitis que yo siempre había llevado conmigo en mi bolsa.
Yo solamente puedo acreditar mi encuentro con Dios, a Su compasión y misericordia. Yo había entrado originalmente a la Iglesia Manmin en la primavera por la suplica seria de mi madre (Diaconisa Shin de Geum-Nyun) pero desde el momento en que vine tenia prejuicios hacia la iglesia. Yo había estado asistiendo a otra iglesia y realmente un poco preocupado porque sentía que mi madre estaba dedicando demasiado tiempo a iglesia Por esa razón, yo escuché atentamente el mensaje para encontrar cualquier error. Lo que me di cuenta después de escuchar a los mensajes del Dr. Lee durante unas semanas, sin embargo, era que sus mensajes excavaban profundamente en los principios fundamentales de la vida de uno en Cristo. Él no estaba diciendo meramente, “¡Sólo crea!” sino que explicando con gran detalle el propósito para el cual Dios creó al hombre y los correspondientes lugares celestiales de acuerdo a la medida de la fe. En esos momentos, me sentia como si yo pudiera tocar realmente el cielo con las puntas de mis dedos y sentía la alegría de descubrir un mundo desconocido.
Yo no podía esperar para oír los mensajes en la iglesia Manmin de manera empecé asistiendo al Servicio de los Viernes Toda la noche y los Servicios de los Miércoles por la Tarde. Yo empecé a dar todos mis diezmos y a vivir una vida de oración. También dejé de fumar y beber ambos vicios que antes tenia para poder encajar con los amigos.

Llevado a Manmin por mi madre, rompiendo los prejuicios y encontrando la verdadera esperanza en la vida…
Sanado de 17-años de rinitis crónica por la oración del Dr. Jaerock Lee…
Buscando emanar la fragancia de Cristo y volverme un mentor para mis estudiantes…

También empecé preguntándole a Dios por su voluntad para incluso las más triviales materias de la vida. Poco a poco, con una variedad de experiencias yo puedo decir que Dios estaba caminando al lado de mío y cuánto Él aborrece el mal.
Yo siempre había sido extremadamente sensible y un perfeccionista. Antes de venir a la iglesia Manmin, yo siempre intentaba usualmente ejercer mi voluntad y reñía usualmente con mi esposa. Si yo me hubiera hecho profesor antes de creer en Dios, muchos estudiantes habrían estado heridos en sus corazones por culpa mia.
En Marzo de 2007, fui enviado como auxiliar a un profesorado en la Sección de Arquitectura de Paisaje en la Universidad de Kangwon, y las paredes de mi laboratorio están hoy cubiertas con versículos de la Biblia enmarcados. Era una manera para mí de testificar que mi vida ahora pertenece totalmente a Dios. Yo me he vuelto positivo en todo y he trabajado más fuertemente que antes pero esto no es para el éxito. Yo hago esto porque yo creo que yo debo ponerme primero como un ejemplo como Cristiano y que haciendo así es el atajo para guiar a las personas a Dios.
Yo deseo decorar bellamente el santuario de Dios con el talento que Él me ha dado. Yo quiero guiar a mis estudiantes, a quienes yo considero como mis propios hijos, al cielo. Yo también quiero que ellos vengan a ser hombres de Dios y mujeres en cuyas vidas Él está activamente en el trabajo. Como yo no puedo hacer nada de esto por mi cuenta, sin embargo, yo comprometo todo devotamente a Dios.
Dios conoce tan bien mi corazón y el año pasado, en mi primer año en la nueva escuela, Él envió los estudiantes buenos y diligentes. Como resultado, tuvimos buenos resultados en nuestra investigación y no nos agobiamos con asignaciones de la investigación. Esto dio lugar a un ingreso de investigación, que a su vez pagó las enseñanzas de mis estudiantes, sus gastos, y nuestros estudios en el extranjero. Cuando vi a mis estudiantes que disfrutaban sus estudios y su trabajo, yo disfruté con ellos. Hoy, yo muestro un interés mayor en sus vidas para ver si ellos están en necesidad de algo, quiero hacer todo lo que yo pueda por ellos, y quiero volverme un árbol bajo cuyas ramas ellos puedan encontrar descanso.
Yo doy gracias a Dios por haberme transformado, el cual ha sido utilizado para recibir amor, en alguien que puede compartir ese amor con otros. Yo hago un voto para emanar la fragancia de Cristo y convertirme en un mensajero que difunde el amor precioso de nuestro Señor.

Profesor Gwan-Gyu Lee: Un Árbol que da

¡Hola! Nosotros somos Jung-Hwan Lee, el Dong-Sub Go, Min-Sun Kim, Jong-Mi Kim, Seung-Woo Son, Gang-Hyun Lee, So-Hee Cho, Hye-Ji Lee, y Hyo-Jin Jeon de la Planificación Medioambiental, Arquitectura, y Laboratorio de la Evaluación en la Universidad de Kangwon.
Nosotros tenemos entre nosotros un árbol. Ese árbol es un árbol que da que tenemos en el Profesor Gwan-Gyu Lee. Si alguien nos pregunta después en nuestras vidas que nombremos el evento más significativo durante nuestros años en la universidad, nosotros responderemos sin titubear ni un poquito que fue el tener un cruce en el camino con el Profesor Lee.
El Profesor Lee probablemente ha estado mucho más ocupado después de encontrarse con nosotros la primera vez en la Primavera de 2007. Además de pavimentar para nosotros la manera de aprender, él se ha vuelto un padre para nosotros observando sobre nosotros y dándonos fe, un amigo con quien nosotros podemos discutir la angustia de la vida, y un hermano mayor que no escatimará ningún buen consejo. A pesar de una vida frenética dedicada día y noche a nuestro laboratorio, Siempre hay una sonrisa en el rostro del Profesor Lee. Él constantemente se involucra a sí mismo con el bienestar de sus asistentes y ora más por nosotros que por él mismo. Por ello, estamos verdaderamente agradecidos.
Si él siente que algo nos beneficiaría de forma alguna, el Profesor Lee nunca duda en tomar el camino que parece mucho más difícil pisar para darnos nuevas oportunidades. Nosotros siempre nos sentimos endeudados porque no somos tan diligentes como el Profesor Lee, que incluso desentraña la manera en que nosotros nos sentimos acerca de esto y nunca deja de ofrecernos palabras amables de sabiduría, iluminación y estímulo.
Nosotros nunca olvidaremos el amor que hemos recibido del Profesor Lee, y nosotros hacemos votos de volvernos personas buenas y grandes y recompensarlo por su amor.
¡Nosotros le amamos, Profesor Lee!