Daesung Kim (Misión Canaán 1-1, jugador de bádminton, Suwon City Hall)

Desde la edad de 12 años viví la vida cristiana en la Iglesia Manmin de Miryang. Nací dentro de una familia de deportistas (mi abuelo fue un jugador de fútbol, y mi padre fue un jugador de voleibol), y desde muy joven me gustaba jugar al aire libre en lugar de quedarme sentado junto a un escritorio. Yo era un buen atleta, de modo que en el cuarto grado pude representar a mi escuela como miembro del equipo de atletismo, y es ahí cuando levanté por primera vez una raqueta de bádminton.

Ya que soy un deportista muy entusiasta con espíritu competitivo, oré a Dios y le pedí que me permitiera ser un jugador de bádminton a nivel nacional. Yo tenía una meta y me esforzaba mucho para alcanzarla con pasión inmutable. Por supuesto que también era fiel a la iglesia, asistía continuamente a los servicios de adoración y oración. Como resultado de esto, en el año 2002, durante mi tercer año en la secundaria, finalmente logré alcanzar mi sueño de convertirme en un jugador nacional de bádminton. ¡Aún recuerdo cuán feliz me sentía en ese momento! Sentí como si tuviera todo en el mundo.

Al ingresar a la Universidad de Inha empecé a asistir a la Iglesia Central Manmin en Seúl, pero a pesar de sentir que poseía el mundo entero, yo empecé a enfrentar tribulaciones. Mientras entrenaba, mi vida de oración se detuvo e incluso había días cuando no asistía a los servicios de adoración. Al perder la llenura del Espíritu Santo, empecé a perder interés en el deporte que tanto amaba, y ya no me desenvolvía bien en las competencias.

Para empeorarlo todo, en el año 2006 sufrí un desgarre en la muñeca a causa de una caída durante un juego de fútbol. Inmediatamente recibí la oración del Dr. Jaerock Lee a través del SAR (Sistema Automático de Respuesta), y el dolor desapareció. Pero debido a que me lastimé la muñeca, que es una parte vital de todo jugador de bádminton, yo estaba muy preocupado acerca de mi futura carrera como jugador.

Me arrepentí por haber descuidado mi vida espiritual, y recibí la oración de parte del Dr. Jaerock Lee. En ese momento sentí que mi muñeca estaba muy caliente, y tuve la certeza de que había recibido sanidad. Pero estuve aún más contento cuando mi entrenador me recomendó que fuera a casa a descansar porque entonces podría asistir al Retiro de Verano, al cual no me había sido posible asistir por varios años. Aún tengo recuerdos hermosos de ese retiro, donde disfruté totalmente de los juegos de campo en los que pude demostrar y utilizar mis talentos ante Dios, y sobre todo, logré recobrar el gozo y la llenura en mi corazón al ser empapado por el amor de Dios.

En diciembre de 2008 fui suspendido del Equipo Deportivo de las Fuerzas Armadas de Corea, pero en el mismo año pasé a formar parte del equipo de bádminton de Suwon City Hall. En abril de 2009, jugué mi primer partido en el Torneo Deportivo de Kyunki. Este era un torneo muy importante para Suwon porque ya habían obtenido 5 victorias consecutivas, de modo que sentíamos la presión de ganar una medalla de oro. Debido a que este era mi primer juego desde que ingresé a este equipo, mi corazón estaba lleno de preocupación, así como de emoción, entonces en cada partido jugaba con la confianza de que Dios estaba conmigo. Luego de jugar cada partido y de encomendar mi corazón totalmente a Dios, pasé a las finales.

El domingo, el día de las competencias finales, recibí una llamada indicando que el presidente del Ministerio Canaán 1-1 había recibido una oración en mi lugar por parte del Dr. Jaerock Lee. Al escuchar eso sentí una corriente de confianza y adquirí la certeza de mi victoria. El juego inició, y con el sentir de estar volando por los aires, me esforcé al máximo. Vencimos al equipo de Yong-In City Hall por 3 a 0, y obtuvimos la medalla de oro.

¡Aleluya! A causa de estas victorias consecutivas de Suwon, yo me convertí en un jugador de renombre.

Desde el 24 de junio, durante el Campeonato de Verano de Bádminton, gané dos medallas de bronce, una en dobles, y en otra en la categoría dobles mixta. Este fue mi boleto a las pruebas nacionales. Sin embargo, la fecha de estas pruebas coincidía con la fecha del retiro de verano, de modo que me entristecí mucho porque no iba a poder asistir al retiro. La fecha ya se había establecido y cambiarla era algo casi imposible. Sin embargo oré a Dios con un fuerte deseo por asistir al retiro de verano, y un par de días más tarde, anunciaron en la página electrónica de la Liga de Bádminton, que las pruebas para el equipo nacional se habían postergado para Octubre. ¡Aleluya!

En el Retiro de los 6 Ministerios Juntos de este año, fui seleccionado como el MVP masculino en los juegos de campo. Con un corazón agradecido, recibí aquel reconocimiento como un mensaje de parte de Dios, y este me animó a esforzarme en mi preparación para las pruebas nacionales.

En realidad soy bajo de estatura para ser un jugador de bádminton, pero no lo veo como una desventaja ya que esto me permite moverme más rápido que los demás. Con firme enfoque en mi sueño, yo entreno mientras los demás duermen, descansan, o van de vacaciones. Mi sueño es poder glorificar a Dios y hacer conocer a nuestra iglesia al lograr la medalla olímpica de oro. Mientras este sueño se hace realidad, ¡sigamos adelante, Manmin!