Dios quiere que Sus hijos se despojen de la carne y se sumerjan en el espíritu lo más pronto posible. En la medida en que lo hagan, podrán comunicarse con Dios con mayor claridad, romper las obras del enemigo diablo y Satanás, producir mucho fruto y vivir en la gran gloria del Cielo. El hecho de 'despojarse de la carne y sumergirse en el espíritu' se refiere al proceso de eliminación del pecado y la maldad que manchan el corazón con falsedad y al de recuperación del hermoso corazón de la bondad que se asemeja al corazón del Señor.


Terminología bíblica

En la Biblia, la carne se refiere a todas las cosas que son corruptibles, que desaparecen y cambian, así como a las cosas malolientes, sucias e impuras. Esto incluye no solo las cosas visibles, sino también la falsedad, el pecado, la maldad y la injusticia que son invisibles.

Por el contrario, el 'espíritu' se refiere a las cosas que no se corrompen y cambian sino que duran por siempre. Esto incluye también las cosas que son limpias y perfectas, y de la verdad.


Primero: deben tomar la decisión de buscar el espíritu.

Durante las vacaciones, los estudiantes a menudo toman la decisión de estudiar mucho y mejorar las calificaciones al siguiente año. Sin embargo, el simple hecho de tomar una decisión no los lleva a mejorar sus calificaciones; se necesitan acciones adecuadas que les capaciten para cumplir sus resoluciones.

Lo mismo ocurre en su vida cristiana. Digamos que alguien acepta las cosas carnales y del mundo, pero cambia y decide buscar las cosas espirituales. Debe hacer planes específicos además de pensar y creer que se esforzará al máximo.

Para obtener mejores calificaciones, los estudiantes deben evitar y distanciarse de las distracciones, y para esto tienen que asegurarse de entender cuáles son las distracciones en el proceso de entrar en el espíritu. Si las telenovelas o juegos los distraen y causan que olviden su vida cristiana, deben abstenerse de estas cosas y de seguir las tendencias del mundo al obtener lo que se desea. Si algo interrumpe o bloquea el crecimiento de su fe, ya sea lo que desea hacer o comer, debe despojarse de ello.

No deben poner cómoda su atención pensando que no es un pecado o que es algo insignificante. En cada momento deben abrigar en su corazón la decisión de sumergirse en el espíritu y deben ponerse metas específicas. Como está escrito en Efesios 4:22: "En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos".


Segundo: deben llenarse con cosas espirituales.

Para evitar que la carne llene el corazón, debemos tratar de llenar nuestras vidas con cosas espirituales en todo tiempo. No es suficiente con solo pensar: "No lo haré. No miraré". Debemos tratar de pensar y hablar en la verdad, y llenar nuestros corazones con oración, alabanza y con la Palabra de Dios. De este modo las cosas que no son de la verdad se desvanecerán rápidamente.

Una vez que se han abstenido del odio, la calumnia, el adulterio, la mentira y la sensación de molestia, estas cosas pueden volver al espacio en sus corazones si no los llenan con la verdad. Así que deben llenar diligentemente sus corazones con cosas espirituales como la bondad, el amor, la paz y el servicio.

Esto se logra al guardar la Palabra de Dios que nos dice lo que debemos hacer y guardar. El fruto espiritual se produce en abundancia cuando practicamos la Palabra de Dios.

Cuando oramos con fervor y nos esforzamos, el Espíritu Santo ciertamente nos ayuda. En la medida en que llenemos nuestro corazón con cosas espirituales con la ayuda del Espíritu Santo, podemos poner la verdad en práctica con mayor facilidad. No seremos forzados a practicar la verdad, pero podremos hacerlo con gozo.

En el proceso es muy importante seguir intentando y actuando por la Palabra. También debemos tener el corazón que no se rinde hasta que hayamos llegado a ser hombres de espíritu. Podemos cultivar nuestros corazones en el espíritu cuando no nos desalentamos, ni siquiera por nuestro cambio muy lento, sino que seguimos corriendo hacia la meta con determinación.


Tercero: no debemos olvidar la gracia de Dios que hemos recibido.

Un proverbio chino dice: "Uno lleva la huella de la gracia recibida hasta en los huesos". Esto significa que jamás debemos olvidar la gracia recibida y nuestra gratitud. Quienes tienen un buen corazón nunca olvidarán la gracia que han recibido, sino que la guardarán en su mente y desearán retribuirla.

Hay una hermana que fue sanada de taquicardia supraventricular, una enfermedad muy rara. Ella llegó a disfrutar de buena salud por la gracia de Dios y se ha esforzado por retribuir la gracia desde su niñez. Se ha mantenido alejada del pecado que Dios aborrece y se ha esforzado al máximo por tener un corazón de bondad y de espíritu en el que Dios se deleita. Además ha rechazado ofertas de trabajo de parte de algunas agencias de administración de entretenimiento ya que ella valora las obras que pertenecen a Dios, más que cualquier cosa.

Todos los hijos de Dios han recibido gracia aunque no hayan recibido sanidad. Estaban destinados al Infierno, pero han recibido perdón y han heredado el reino celestial. ¡Cuán asombrosa es esta gracia! Aquellos que la conocen están llenos de esperanza por el Cielo, de gozo y de gratitud en todo tiempo.

El Apóstol Pablo trabajó fielmente hasta el punto de muerte y condujo a muchas almas al camino de salvación, pero él no dijo, o ni siquiera pensó, que había alcanzado mucho y que era suficiente, que debía producido bastante y que debía descansar.

Él fue golpeado un sinnúmero de veces y también encarcelado. Pero solo le preocupaba el reino de Dios y continuamente pensaba en maneras de poder retribuir la gracia del Señor. Incluso mientras era martirizado, solo daba gracias a Dios quien lo llamó, aunque pensaba ser uno de 'los peores pecadores'. Él fue llamado como Apóstol a los gentiles y Dios le dio gloria al morir como mártir.

¿Sobreabunda en su corazón la gratitud? Si comprendemos el amor de Dios quien cultiva nuestros corazones en el espíritu y nos lleva a la morada más hermosa, podemos abstenernos de la maldad en el fondo del corazón y trabajar con fidelidad con toda nuestra vida. Anhelo que ustedes cultiven sus corazones rápidamente en el espíritu y que lleguen a ser hombres del espíritu y espíritu completo con quienes Dios se deleite.