Jesús habló en la parábola de la tierra para explicar acerca de la tierra del corazón del hombre.

Él habló acerca de cuatro tipos de tierra: junto al camino, en pedregales, en espinos y la buena tierra. La tierra del corazón se forma de modo distinto dependiendo del tipo de fuerza de vida que se reciba de parte de los padres. La tierra del corazón puede cambiar de acuerdo al tipo de ambiente en el que se es educado y las enseñanzas que se recibe.

La diferencia en los corazones dará lugar a diferencias en la vida de cada uno. En particular, la velocidad en la que se sumerge al espíritu puede variar de acuerdo al tipo de tierra del corazón. Pero lo importante es que el poder de Dios puede cambiar cualquier tipo de tierra en tierra buena. Así también, el esfuerzo en el cultivo no es nada comparado con el gozo de la cosecha abundante. Anhelo que al examinar el terreno de su corazón y al cultivarlo, usted produzca fruto abundante de la luz.


Tierra junto al camino

"Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron" (Mateo 13:4).

Cuando los agricultores siembran las semillas, algunas caen sobre las carreteras que están junto a los campos. Si las semillas caen junto al camino, estas no pueden hacer raíz. Puesto que no quedan enterradas en el suelo, no pueden brotar. A veces las aves llegan y se comen esas semillas.

La tierra junto al camino simboliza los corazones endurecidos. Es el corazón con el que no comprenden la Palabra de Dios ni la creen al escucharla. Las personas que son semejantes a la tierra junto al camino van a la iglesia y salen de ella sin experimentar al Espíritu Santo. Los que tienen el corazón semejante a la tierra junto al camino deben esforzarse más que los demás, pero en la mayoría de los casos, no lo hacen.

Para cultivar el corazón con tierra junto al camino, debemos despojarnos de la arrogancia, el orgullo, la terquedad y la falsedad. Además debemos romper la altivez y los criterios mentales formados de modo personal. El corazón se endurecerá luego de un período de tiempo con falsedades y maldad, de modo que debe mantenerse quebrantándolo de manera continua para cultivar su tierra.

Por ejemplo: si el mensaje predicado no concuerda con sus propios pensamientos, debe pensar profundamente en si sus ideas en verdad son correctas. Además debe almacenar algunas obras buenas para que Dios le de Su gracia. En el caso del corazón con tierra semejante a la del camino, es importante que los miembros de la familia y los líderes de la iglesia oren y guíen a estas personas.


Tierra en pedregales

"Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó" (Mateo 13:5-6).

Los pedregales tienen poca tierra sobre las rocas. En este tipo de terreno, la tierra no es profunda. Cuando las semillas caen en este tipo de terreno, ellas brotan pero pronto se marchitan por el sol porque el suelo es poco profundo.

La semilla de la Palabra no hace raíz por causa de las 'rocas' que están en el corazón. Por eso, cuando las pruebas, persecuciones o tentaciones llegan, los que tienen el corazón en pedregales pronto caen. Más específicamente, la 'roca' es la carne del corazón que ama el mundo. En un sentido más amplio, es la falsedad que evita que la gente crea en Dios y lo ame. No obstante, no todos los pedregales son iguales. La cantidad de falsedades en cada terreno del corazón difiere de persona a persona.

En este caso, 'no echar raíces' significa no tener fe espiritual verdadera. Aunque se escucha la Palabra y se la entiende, no significa que se la ha comprendido o que se la cree con el corazón. A esta fe se la llama 'fe carnal' o 'fe como simple conocimiento'.

Para poder cultivar la tierra en pedregales debemos practicar diligentemente la Palabra y orar con sinceridad. Debemos mantener la llenura del Espíritu Santo. Jamás debemos dejar de cultivar a la mitad del camino. Debemos obedecer diligentemente los mensajes que escuchamos y las voces que nos da el Espíritu Santo. Cuando creemos que ciertamente podemos cultivar nuestro corazón con el poder de Dios y no nos damos por vencidos, todo se dará según lo que creemos.


Tierra entre espinos

"Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron" (Mateo 13:7).

En este caso los 'espinos' son las múltiples ramas de las plantas con espinas que se asemejan a arbustos. Las semillas que caen entre espinos no pueden producir frutos porque, aunque brotan y crecen hasta cierto punto, no logran crecer más porque son asfixiadas por los espinos.

En lo espiritual, los 'espinos' del corazón se refieren a las preocupaciones del mundo y el engaño de las riquezas. Es decir, los espinos son la codicia por la riqueza, fama y autoridad. Los que tienen este tipo de tierra de corazón dicen que viven de acuerdo a la Palabra, pero siguen enfrentando persecuciones y pruebas.

Debemos sacar la maldad del corazón desde la raíz. Estos 'espinos' provienen de los pensamientos carnales y sus raíces simbolizan la maldad en el corazón. Aunque tomemos la decisión de no tener pensamientos carnales, no podremos evitarlos mientras tengamos maldad en el corazón. Entre las muchas raíces, si sacamos aquellas denominadas codicia y arrogancia, podremos abstenernos de la maldad del corazón en medida significativa.

Si ustedes meditan siempre en la Palabra de Dios, oran y reciben la ayuda del Espíritu, podrán sacar estas raíces fácilmente. Para hacerlo, por encima de todo, deben comprender cuánto dolor causan los espinos.


La buena tierra

"Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno" (Mateo 13:8).

La buena tierra no es dura como la que está junto al camino, sino que es muy suave. Cuando se siembran las semillas en la buena tierra, el suelo suave abrazará las semillas para que sean plantadas adecuadamente. Además el suelo contiene aire y agua, de modo que las semillas pueden brotar y crecer muy bien. Asimismo, el corazón con buena tierra acepta bien toda la Palabra de Dios.

La buena tierra no tiene rocas, por lo que la Palabra echará raíces rápidamente. Los que tienen un corazón con buena tierra obedecerán la Palabra de Dios ante cualquier prueba, tribulación o persecución. Sienten el corazón de Dios quien quiere permitirles vivir en la Nueva Jerusalén, la mejor morada en los Cielos, así que se aferran a Su Palabra y la ponen en práctica con gozo además de producir frutos abundantes de bendición en sus vidas, tal como está escrito en Lucas 8:15.

Para que usted pueda cultivar este corazón tan bueno, necesita paciencia. En la medida en que adore en espíritu y en verdad, ore fervientemente y guarde la Palabra con diligencia, podrá cultivar el corazón rápidamente y hacerlo bueno, glorificando así a Dios con frutos abundantes, tanto en lo espiritual como en lo material.